viernes, 5 de octubre de 2007

Sobre la estupidez (rsd)

Debo empezar por dar crédito a quién, con una campaña política, me puso a pensar en este tema. Un candidato al concejo de Bogotá en el 2007 que basa su estrategia en una vacuna contra la estupidez (http://www.contralaestupidez.com). Al pensar en la estupidez se debe empezar por pensar en su contra parte la inteligencia. La inteligencia es, como bien lo define la RAE, "Capacidad de entender o comprender" es también la "Capacidad de resolver problemas". Sin embargo, esta no es inherente al ser humano y solo se consigue por medio de experiencia, el buen uso de unas ciertas habilidades y las destrezas de cada uno en campos distintos.

La inteligencia, es entonces, definida por cada persona, somos inteligentes de distintas formas y en escenarios específicos. Un gran error es entonces creer que la inteligencia es sinónimo del sentido común, lo que me ha mostrado la experiencia y observación, es que pensar de forma inteligente, no es de todos ni para todos, por lo tanto no es común. El problema de aquél que se considera inteligente, es creer que esta capacidad analítica, lo sitúa por encima de las demás personas otorgándole un derecho a juzgar o criticar el actuar no inteligente. El juicio del inteligente al estúpido, supone una superioridad y desconoce que tal vez el estúpido lo es en una circunstancia específica y tal vez no lo sea en otra. Sin embargo, lo que el inteligente piensa que es estúpido, puede que el estúpido no lo considere así.

El pensamiento lógico y racional es resultado de un proceso y se adquiere poco a poco. Aquellos que nos hemos visto beneficiados por una educación superior hemos podido cultivar una estructura de raciocinio, pensamiento y análisis, que pocos comparten, que es además especializado en el área del saber que hemos escogido. Lo que es una decisión inteligente para un físico puede que no lo sea para un médico o un biólogo, lo mismo pasa entre abogados, economistas, antropólogos, psicólogos, etc. El problema en la práctica es cuando unas y otras se entrelazan surgiendo así enfrentamientos de supremacía y poder. Cómo es lógico e inteligente para mi como economista, debe entonces serlo para todos los demás.

La convivencia social es entonces una amalgama entre inteligentes estúpidos y estupidez inteligente, es el encuentro de mundos contrarios o distintos, que buscan lo mejor para si mismos, sujeto por supuesto a lo que cada uno percibe mejor para si . Por lo tanto lo que se observa, se analiza y decide está directamente relacionado con lo que se ha aprendido, se ha vivido y se ha sentido.


La verdadera inteligencia es entonces entender lo diversa que es esta, saber identificar las situaciones en la cuales las distintas percepciones se van a encontrar y sujeto a estas aprender de ellas trabajando en conjunto. Margarita María Daza, mi novia y miembro de nuestro equipo, hace siempre un llamado a la convivencia colectiva vía la cooperación, la cooperación solo nace entonces de entender las diferencias y vivir con ellas.

La verdadera inteligencia radica en entenderse a sí mismo como conocedor de algunos temas, no todos, y poder afirmar que: lo que no se sabe, no se sabe. Bien lo dijo Socrates "Solo sé que nada sé", a fin de cuentas, todos somos estúpidos o inteligentes, lo que pasa es que no todos somos estúpidos o inteligentes en las mismas cosas.



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