lunes, 14 de mayo de 2007

Universidades públicas (epa)

Saludos a todos. Hace tiempo no escribo algo por, digamos, ocupaciones diversas (como trabajar). Hoy quiero tocar un tema algo delicado, del cual, advierto desde ahora, solo tengo opiniones para compartir. Me gustaría contar con cifras, datos, testimonios y todas esas cosas que le dan seriedad al asunto. Como este no es un blog serio, pues ni modo, tocará quedarnos en la opinión.

La pregunta para pensar hoy es si las universidades públicas cumplen con su propósito. Aquel loable propósito que promulgan a grito herido quienes están en contra de cualquier tipo de privatización a la educación superior. A saber, dar educación superior de calidad a quienes de otra forma no tendrían acceso a la misma. Es importante la palabra calidad pues todos sabemos que no es igual la educación que se recibe en universidades "top" en Colombia (que a nivel internacional son un chiste... pero eso para otra ocasión) que aquella que se recibe en las tan famosas universidades "de garaje".

Así pues, en teoría, universidades como la Nacional, la Distrital, la Pedagógica y demás, deberían estar llenas de estudiantes que no tienen como pagar sus estudios de forma privada. Incluyendo, por supuesto, a quienes no tienen el dinero pero si estarían en capacidad de asumir un crédito educativo. Tristemente la realidad parece ser otra. Hablo de gente que conozco, principalmente amigos y familiares que, pudiendo pagar una universidad como los Andes, Javeriana, Externado o Rosario, estudian en la Universidad Nacional de Bogotá. Esto quiere decir que el Estado estaría financiando a quienes no deberían ser financiados (si, la "evidencia" anecdótica no prueba nada, pero nos da motivos para investigar).

Ahora bien, si a las universidades públicas ofrecieran abundantes cupos, lo anterior no sería problema (bueno, si lo sería, pero no tan grave). Pero estamos hablando de que a universidades como la Nacional se presentan en cifras de decenas de miles para carreras que ofrecen 50 o 100 cupos. Muchos de los que se presentan no pasan porque sencillamente no tienen el nivel de capital humano necesario para hacerlo, sean ricos o pobres. Otros, sin embargo, se quedan por fuera porque, al venir de un colegio público, muy seguramente no están tan bien preparados como aquellos de colegios privados. Así, un estudiante brillante de Ciudad Bolívar debe pasar su vida como albañil porque un estudiante no-tan-brillante de Rosales o San José de Bavaria se quedó con uno de los cupos.

El párrafo anterior introduce otro problema que no profundizaré: la asimetría en la preparación de los bachilleres. Creo que muy pocas personas se atreverían a decir que la educación básica y media pública en Colombia es mejor que la privada. Si bien algunos colegios públicos tienen excelentes resultados en pruebas como el ICFES estos son una triste y minúscula minoría.

Pregunto ahora ¿Vale la pena "salvar" las universidades públicas sabiendo que terminan siendo un subsidio para quienes no lo requieren? Mi respuesta, como todo buen economista, es que depende. Algunas, como por ejemplo la u de Pamplona, dan educación a estudiantes que no tienen ningún medio de acceder a educación superior. La sede tecnológica de la u Distrital en Ciudad Bolívar recibe miles de jóvenes para darles educación técnica y tecnológica de altísima calidad. Pero ¿Y el resto? La pregunta queda abierta y debe ser analizada con mayor detalle. ¿Cuál es, universidad por universidad, la proporción de estudiantes por decil de ingreso de su hogar? ¿A cuanto asciende la suma que el Estado da a los estudiantes de altos recursos en universidades públicas? ¿No se podría emplear este dinero en algo más, como, por ejemplo, mejorar la calidad de la educación básica y media? ¿Por qué nadie se ha preguntado algo así? Más importante que todas las anteriores ¿Por qué estos estudiantes de ingresos altos tienen el cinismo de pedir soluciones que no impliquen pagar por sus estudios?

Tres preguntas económicas y dos preguntas "morales". La discusión queda abierta y espero que quienes decidan comentar debatan, argumenten y, por encima de todo, brinden datos si los tienen.

Entre mis amigos egresados de universidades públicas tengo uno que viaja cada 6 meses a Europa, otro que se está financiando sus estudios de posgrado en NYU y otro que, teniendo la plata, entro a la Nacional para sentirse bien consigo mismo.

viernes, 11 de mayo de 2007

Una cruzada por el lugar común (nico)

Es triste la cosa, pero en momentos como este (cuando debería estar escribiendo otras cosas) empieza uno a pensar en conversaciones pasadas y ¡zaz!! De repente ya llevo dos frases para incursionar en la blogósfera.

Y bueno, que se le hace, me adjunto entonces (por esta vez) a este ominoso proyecto común.

Ahí va entonces la retahíla: NO me parece el uso despectivo que se le da al término ‘lugar común’ entendiéndolo, a veces, como una mentira común (es que la ignorancia es atrevida) o como algo falto de originalidad y, por lo tanto, que no vale la pena decir.

Empiezo entonces mi defensa de lo común con la comúnmente usada (aunque recientemente en desuso) definición de la RAE:

Lugar común.

1. m. Principio general de que se saca la prueba para el argumento en el discurso.

2. m. Expresión trivial, o ya muy empleada en caso análogo.

¿Aparece en alguna parte una referencia a la mentira, falsedad o equivoco?

Yo diría, comúnmente, que no.

Zanjado este primer punto entremos pues al tema de la originalidad. ¿Los argumentos originales son, de por si, más validos? Si las cosas son así digamos entonces que la tierra es cónica, pues eso de la redondez es ya un lugar común.

Así las cosas insisto, no es malo usar un lugar común. Si son comúnmente verdaderos ¿Qué se le va a hacer???

Y cero he llegado al final del asunto, como dice Augusto Monterroso, o de Augusto Monterroso (por darle un poco de caché al asunto) ‘las cosas buenas, si son breves, mejor’

miércoles, 9 de mayo de 2007

Especie: Lugar Comunero (rsd)

En algunas entradas anteriores me atreví a hablar de los lugar comuneros, sin embargo siento que dejé el termino al aire y es debido definir para comprender, analizar, identificar y disfrutar. La especie lugar comunero es un ser interesante que se mueve por todo tipo de temas de conversación, es más su poder aumenta en la medida que puede cuelarse entre un mayor número de temas. Usualmente habla sin pensar y tiene un pleno convencimiento de tener la razón siempre -y que la verdad y razón existen-, cita periódicos, revistas, noticieros y panfletos callejeros. En caso de ver que son derrotados sus argumentos suele pasar a un tono altanero y agresivo subiendo la voz hasta decibeles imperceptibles y, en el peor de los casos, indignado se pondrá en pie y se alejará del lugar.

Problemáticas en temas como Economía, política, literatura, música, historia y psicología son manjares ineludibles para el lugar comunero, dado sus amplios manejo de cifras y teorías irrefutables el lg es un pez de todos los ríos un especialista de las generalizaciones. Por sus hechos los reconocerán, de un lugar comunero se suelen escapar construcciones como "todo el mundo es ..." , "siempre este ...", "todos los... (algún adjetivo descalificador)"; los puntos suspensivos hacen las veces de -meta aquí lo que quiera-, a fin de cuentas, como lugar comunero el se las sabe todas y sino se las sabe, se las inventa.

El lugar comunero además logra sortear los problemas de definición, enredando sus argumentos de manera implícita o tácita, evadiendo así determinar cosas como: "la gente","la opinión pública" , "el pueblo"etc... Al no detenerse en la definición es posible generar un traje impermeable a todo contrargumento. En la medida que, por medio de frases de cajón y sin ningún sustento, es posible mezclar un sin fin de afirmaciones incorrectas y más incorrectas, el lugar comunero logra confundir y reinar - que es una máxima de la especie-.

Una vez más, juicioso observador citadino, no confunda escuderos presidenciales, presidentes, políticos o imbeciles con los lugar comuneros. Estos individuos, en su triste mayoría hombres -porque solo nuestro género es así de irresponsable-, caminan periódico en mano y embolador al cinto, le arman conversación desde el taxista hasta el gerente de la empresa, desde sus hijos hasta las mujeres de los compañeros de oficina, botando a diestra y siniestra las agudas percepciones de individuos cascarrabias, facilistas, cortoplasistas y por sobre todas las cosas especialistas en generalizar.

Cafés, bares, filas de espera, lugares comunes altamente transitados, son sin lugar a dudas los ecosistemas más favorables de la dispersión natural de esta especie. Huya en la medida de lo posible de esta especie. Si la encuentra, corra como alma que se lleva el diablo, proteja su cerebro y sus ideas, haga valer su forma de ver el mundo, pero no lo haga con conversadores tipo bicicleta estática que aún creen que al conversar se gana o se pierde. Y más aún un lugar comunero se hace no nace, tenga cuidado usted puede también caer en la tentación de hablemos de todo un poco. Si presiente tener los síntomas de esta patología, repase un par de libros teóricos, recuerde como se hace, crea y argumenta una hipótesis. Lugar comuneros los hay por todos lados, camuflados con buenos disfraces, no olvide que es de sabios escuchar pero también discernir antes de caer en la frenético y atemorizante laberinto de la argumentación común.


martes, 8 de mayo de 2007

Incongruencia discursiva (rsd)

El primer partido de fútbol al que me llevaron fue Millonarios-Nacional, debía ser 1990, y con seis años de edad, se despertó en mí el azul y blanco. Desde entonces lo digo orgulloso, SOY DEL CUADRO EMBAJADOR. Cuando llegué a los quince años de edad, y en esas rebeldías que solo trae consigo la pubertad, me convertí en un asiduo hincha y miembro de los Comandos Azules -para los que conocen poco de fútbol colombiano esta es la barra brava de millonarios-.

Las barras, desde hace más o menos 20 años -en el mundo- y 13 en Colombia, se han ido convirtiendo en un importante jugador de los partidos, dije bien jugador (el número 12, por eso el nombre de LA 12 de Boca Juniors de Argentina), el poder que pueden desplegar más de 20.000 personas alentando a un equipo al unísono, puede ser mas temeroso que un discurso de Uribe. Por eso se habla del poder de ser local, no solo es la geografía conocida, el suelo adaptado a los taches, es el calor de hogar que solo los hinchas pueden darle a su equipo. Sin embargo, al parecer aquí en Colombia, en especial Bogotá -que es la plaza que conozco-, esto se ha olvidado por completo.

La barra de los comandos pasó de ser un poderoso grupo de hinchas dando vítores al equipo a ser un nido de corrupción en boletería, criminalidad e impunidad, aberraciones y malas direcciones, un ejemplo de decadencia. No comentaré las notas del tiempo sobre los crímenes de las barras, hace solo 20 días fue asesinado a cuchillos un hincha de comandos, en manos de otro. Ni siquiera voy a hablar de los subsidios del club para que sus barras bravas entren gratis mientras los padres de familia prefieren ver los partidos por TV Cable o los goles en la Tele Polémica. Hoy voy a hablar de la incongruencia discursiva en la existencia de "barras bravas" como los Comandos, Blue Ray, Pinzas, Trinchera Norte, Aguante Azul entre otras.

Estas mal llamadas bravas fueron pasando ha ser un ejemplo irrefutable de bochornoso seguimiento a un equipo. Los cantos ya ni siquiera alientan al Azul y Blanco, ahora ofenden a jugadores, cuerpo técnico, directivos, árbitros -brillante sensatez meterse con la madre del arbitro que dirige el partido- y al contrincante. Se oye más del lado de Millonarios palabras como "provincianos", "aborto de chulo", "cardenales","Santafé","Verde...", que palabras alusivas al equipo. Así mismo en muestra de grandilocuente inteligencia, se componen barras que solo conocen dos de los 5.000 hinchas que pueden llenar cada una de las tribunas laterales. Se pierde entonces el rugir de los 20.000 hinchas para pasar a pataletas de lloriqueo y grititos que se lleva el viento, gracias a esto he visto más de 4 derrotas de un equipo que, si tuviera la hinchada que estaba sentada en las tribunas, hubiera aplastado al más fuerte de los rivales. En lugar de eso vi en días pasados como 15.000 hinchas de Nacional pudieron dejar en silencio a 27.000 de Millonarios.

Las barras son para alentar a sus equipos, para jugar con la 12 y hacer valer la casa. Así sea solo gritar "Azuuuuleeesss", "Millos","EMBAJADOR", a cualquier ritmo, velocidad, pero todo el estadio y al unísono. Hacer uso de los tambores y redoblantes y no dejarlos callar durante los 90 minutos de juego, y si cansa mucho la solución es rotarlo entre amigos. El domingo pasado, en el clásico capitalino, tome la decisión de cantar solo y logré cuatro veces que me acompañara el resto de oriental, lo que me da incentivos para seguir haciendolo. Lo haré junto con ruegos a los demás espectadores, para hacerlos entender que la entrada al estadio no es calentar puesto o ver más de cerca los jugadores, entrar al estadio es el contrato inquebrantable entre el hincha fiel y apasionado con su equipo; es un compromiso tácito de sudar la camiseta tanto como el jugador lo hace en la cancha, para llevar así al equipo a la victoria.

Sin embargo este es UN ejemplo, de las constantes y numerosas incongruencias discursivas del mundo en el que vivimos... pronto seguiré pensando en más de ellas.

jueves, 3 de mayo de 2007

Una buena causa... (epa)

Hace unos días hablé un poco sobre las "buenas causas" y lo que pienso de ellas. Como este blog aún está en la fase donde solo los amigos lo revisan (espero que eventualmente los enemigos y los desconocidos también) la mayor parte de los comentarios los recibo en vivo. Sin embargo, entre los comentarios que quedaron consignados alguien dijo que lo importante era la intención... cosa con la que estoy absolutamente en desacuerdo.

Existen diferentes razones que me impulsan a decir que, en estos casos, la intención no es lo que cuenta. La primera es que la hambruna no es un regalo de navidad, es un problema real que debe ser remediado de alguna forma. Si bien es cierto que no existe una receta para el desarrollo (soy economista, creánme, si existiera ya se estaría usando), también es cierto que se puede mitigar de una u otra forma.

La segunda razón es el motivo que me impulsa a escribir esta entrada. Product Red, iniciativa que comienza en enero del año 2006 y hasta la fecha. Lo más interesante es la sencillez sobre la cual se fundamenta. Un grupo de compañías (dueñas de las marcas usadas por todo el que es "alguien") crean una serie especial de alguno de sus productos y lo denominan Red. De las ventas de esta serie especial destinan parte a la compra de antirretrovirales para combatir el SIDA en África.

Me gusta este concepto porque, al menos en teoría, funciona. Su población objetivo son los consumistas snob de primer mundo, de alto poder adquisitivo, que buscan lo último para distinguirse de sus iguales. Tal y como lo dice el manifiesto de la organización todo queda en manos del mercado. Irónicamente, este tipo de caridad se fundamenta en el elitismo. Un artículo Product Red dice a los demás "mira, me preocupo y tengo la plata para hacerlo", pero, como buen economista creo, y siempre creeré, que lo importante no es la motivación (si esta es altruista o egoísta) sino el resultado. Y en este caso el resultado es que se está ayudando, así sea mucho o poco, a combatir el flagelo del SIDA.

Tal vez estoy quedando como los que piden liberar el Tibet. Mi punto, sin embargo, es otro. Mi punto es que se pueden concebir estrategias de ayuda que hagan algo y que no se queden en un mensaje contracultural. Y como dato curioso... el 70% de los adultos y el 80% de los niños con SIDA viven en África.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Sin Comentarios(...)(rsd)

Confieso a mis lectores el alto repudio que me generan muchos de los news tellers de Colombia. Por news tellers entiendo aquellas personas que, como voceadores de noticias se paseaban por las calles renacentistas europeas, van gritando las noticias mientras las anuncian con una sonora campana. Actualmente, en Colombia, los news tellers "evolucinaron"o son mal llamados periodistas, lo que los caracteirza es que muchos casos creen que:

  • Su palabra es la verdad.
  • Existe la verdad y ellos la cuentan.
  • No existe, ni es necesaria, la interpretación o análisis.
  • Al lector, escucha u observador incauto con cualquier cosa se le trama.
  • Somos los únicos luego hacemos lo que se nos dé la gana.

Aparte de atropellar el castellano, ofender con sus preguntas de ¿como se siente? después de ver morir a su familia debajo de un alud y el uso indiscriminado de cifras pues creen que por ser números son ciertos, infalibles y concluyentes -en lo corrido del año se han suicidado tres jóvenes en Sucre, Córdoba y Cesar, ¿será un problema de la psicología costeña?¿se matan por la inflación?, con nosotros la psicologa (bla)-. En fin, la prensa libre colombiana debe redefinirse, entenderse, autocriticarse, leerse y escucharse. En un país donde solo tenemos un único diario de circulación nacional y dos cadenas privadas de televisión, la mínima cortesía con aquellos que nos toca consumirlos sería respetarnos como consumidores, no meternos los dedos a la boca o suponer que tenemos un coeficiente de -20.

Rescato algunos columnistas del El Tiempo como los exnadaistas y Antanas Mockus, Hector Abad Faciolince (a veces) en Semana, Arizmendi (muy de vez en cuando) en Caracol Radio y Alejandro Gaviria en el Espectador, de la televisión resalto el canal institucional -Senado y Camara incluidos- y Super O. Sin embargo esta no es más que una pequeña muestra del total menos del 1% del total de news tellers. Sin embargo, por si aún no queda claro, para la muestra de mis lectores les dejo la siguiente joyita de Al paredón con Maria Isabel -espacio de Semana- del 04/28/2007 -1304, pueden encontrarlo en el link http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=102702.

Nuestra gran periodista sale con esta joyita para Emiliano Zuleta -miembro de los hermanos Zuleta conocido como Emilianito, hijo de Emiliano Zuleta Baquero q.e.p.d (gran leyenda del folclor vallenato)-. La siguiente es una demostración del periodismo audaz, interesante, inteligente e investigativo en Colombia.

¿No es un poquito desafortunado que este sea el Festival Vallenato número 40, en momentos en que 'Jorge 40' está en el ojo del huracán?

Agradezco a Maria Isabel Rueda, haberme regalado esta joya de la corona con la cual comienzo una serie de entradas, agregando poco a poco joyitas que encontraré en mis medios, las cuales me dejan, como a ustedes, sin comentarios...