miércoles, 11 de julio de 2007

De cierto vicio viciado y algunas vicisitudes (Margarita María Daza)

Vivo en un país propio mediado por un país de colectividades –el de realidades insondables en su absoluto- y en un tiempo que divaga entre un pasado muerto por la violencia –que se distiende bordeando la incuestionable actualidad del calendario colgado en la pared de hoy, de una legitimidad trepidante que huye de la muerte del olvido- y un presente cuyo lecho se desliza entre las riberas de las microviolencias contemporáneas. El talante de ese intervalo, que se integra y desintegra simultáneamente, alcanza para morder la esquina desabrida y hueca del lenguaje, al punto que no sé, a veces, cómo llenar el vacío en el estomago de cada día.

Sin embargo, las distintas realidades, que se encuentran y se trastocan en el camino, ofrecen varias opciones -como bollería de harina de bagatelas- entre las condiciones individuales difuminadas. Cada una como una isla dividida por el brochazo tan real e imaginario del devenir de la historia. Cada una en la nebulosa intención de colmar la distancia a lo inalcanzable a través del pretexto elusivo de la diferenciación.

Así, es posible listar en su militancia de pequeña escala generalizada algunas de las expresiones de microviolencias cotidianas como: la verborrea importada a tientas de los “esnobs rimbombantes” –tan bien tipificados en su propio ridículo- y la identidad esquiva de la "hembra" –por aludir a mundos conocidos-, al compás de tantas y mutantes formas de desprecio y exclusión.

Pero, como un gran alivio para el alma, se ofrecen también, en la estancia los brebajes reconfortantes de la imagen con las muecas de jueces mudos de los artistas y el descomunal y alucinante queso de la poesía, como el sol y la brisa en el paraje de la irremediable lucha de las soledades humanas.

PD: Inty para mí no eres un “esnob rimbombante”

2 comentarios:

nicolás dijo...

Margarita María,

De veras que me costó un poco la lectura de tu última entrada. No es hasta esta segunda leida que creo haber entendido medianamente bien....

Pero bueno, cambiando un poco de tema me parece super-chevere este tema de las realidades que se cruzan. He estdo leyendo precisamente el libro "La Ciudad Caleidoscópica" y encuentro sumamente coincidente el tema con la que tu dices, mejor dicho, que la realidad es una colcha de retazos (innegablemente diversa) pero esta imagen es además, y ahí entra el cuento del caleidoscopio, sumamente sensible ante pequeños cambios.

Lo que si no me convence por completo es este cuento de las micro-violencias. Claro está que toda construcción de identidad necesita excluir al resto (los no identificados) pero no es netamente violento, también esta el lado positivo del asunto ¿no?.

Y en cuanto a las cosas bonitas si, es reconfortante tener la oportunidad de encontrarse con detalles lindos.

Saludos.

Edgard dijo...

Es como si Nicolás y Margarita hablaran otro lenguaje... intentaré una segunda lectura y veré si, finalmente, la entiendo.