miércoles, 18 de julio de 2007

Ya las fotos fueron entregadas... y ahora? (rsd)

La Fiscalia General de la Nación hizo entrega oficial a la Secretaría de Gobierno de Bogotá de 240 fotos de criminales juzgados por violación y actos lascivos contra la sexualidad de niñas, niños y jóvenes. Las fotos serán colgadas en los "muros de la infamia" que serán expuestos en vías principales de la capital y procurando cubrir todos sus puntos cardinales. De esta manera la ciudadanía, el "pueblo", podrá conocer estos "monstruos". El primer paso fue dado, ya las fotos fueron entregadas... y ahora?

Cuando estos muros sean colgados muchos de estos hombres, que tal vez ya pagaron su condena y aquellos que salgan en un futuro no muy lejano, irán desapareciendo -léase muriendo- en muy poco tiempo. Se ha entregado a la sociedad, a la masa, la vida de los criminales, bienvenida sea la parajusticia callejera. Parajusticia callejera: la calle junto a la justicia, la calle al margen de la justicia, la calle haciendo las veces de ley y orden. No es suficiente la actitud social vengativa contra los reinsertados -sin importar de qué bando-, ahora es bueno comenzar a medir el grado de rechazo y aversión que violadores y abusadores pueden llegar a generar entre la "gente".

Me imagino las paredes de sus casas, los vidrios rotos y los ataques continuos contra su humanidad. Los trabajos que no conseguirán, el repudio de la sociedad, las caras asqueadas que voltearan al verlos caminar por las calles. Los gritos de algunos y por fin la dulce misericordia de aquellos que, armados con la valentía que solo las multitudes iracundas pueden dar, darán por fin feliz término a la condena que el Concejo de Bogotá, la Fiscalia y la Alcaldía Mayor de Bogotá habían determinado para los violadores y abusadores. No sé por qué tengo este extraño sentimiento de déja vu que me lleva a pensar en Hitler, sus herramientas y métodos.

Escuche la razón de crear los “muros de la infamia”, para proteger a otros de caer en las garras de estas personas, de estos criminales, 90% de los violadores y abusadores recaen, si esa es la realidad lo mejor seria entonces… no soltarlos. Como lo anterior es imposible y la ley colombiana es débil y no es suficiente, bienvenidos a la sociedad democrática donde existen caminos por los cuales un porcentaje dado de votantes puede proponer leyes ante el Congreso. Intérnenlos de por vida, déjenlos en sanatorios, prueben su peligro a la sociedad y no permitan que vuelvan a ella, pero, la solución en definitiva no es soltarlos a la justicia parcializada del común. La cárcel es el lugar donde se “paga” la deuda con la sociedad, por haber cometido un crimen debo pagar, sin embargo si los otros miembros no perciben que haya habido un pago verdadero o suficiente, seguramente las cuentas serán cobradas.


Vi las primeras fotos y es un interesante paisaje de vallas el que se avecina para la ciudad entre comerciales de tenis deportivos, candidatos a la alcaldía y criminales. Cuando la primera valla sea puesta, el primer "muro de la infamia" sea erguido, se presentará en sociedad la nueva metodología de condena a muerte. El artículo 11 de nuestra Constitución ora: "El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.", ya las fotos fueron entregadas... y ahora?

La siguiente pregunta será: ¿Qué nombre es más indicado? "muros de la infamia" o "muros de un estado infame".

2 comentarios:

Edgard dijo...

Si las vayas le parece algo infame, le comento que en Estados Unidos, además, hay páginas donde listan los domicilios de los violadores liberados.

En mi modesta opinión, está bien que hagan algo así. A los que ya pasaron los condenará al ostracismo que merecen, a los que lo piensan, ahora si tienen un mecanismo que los hará pensar dos veces.

Para mi el principal problema es que muy pocos de los violadores llegan a ser procesados. Las victimas no denuncian o la justicia sencillamente es laxa (hasta hace poco para que existieran méritos para investigar una violación esta debía ser capturada en flagrancia). Mientras no existan castigos más drásticos y una mayor probabilidad de ser atrapados, poco se logrará... mientras tanto, las vayas son un buen comienzo.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, Ricardo. Estas vallas van en contravía de la idea de un sistema judicial en una democracia.

Supongamos (por la gracia del argumento) que la idea del sistema judicial es castigar al que infringe la ley. Por lo tanto, cuando estas personas salen de la carcel ya han cumplido su condena. Basarse en que el 90% vuelve a delinquir para justificar las vallas es castigar injustamente a ese 10%. Es quebrantar el derecho de una minoría a un proceso justo. Les recuerdo que en una democracia como la nuestra, o como la que queremos ser, los derechos de los individuos se respetan.

En Colombia, la constitución no permite la cadena perpetua.

Se me hace que este es un síntoma más de algo terrible que sucede con cada vez más frecuencia en el país. Se violan los derechos fundamentales de las minorías para proteger los intereses de las mayorías.